Ante la problemática de pobreza y marginación que viven los indígenas del altiplano de Guatemala, los hermanos maristas no podían permanecer indiferentes; por eso en 1985 se estableció la comunidad en el Centro de Pastoral de Santo Tomás de Chichicastenango. Hablando con el obispado y con los sacerdotes, los Hermanos Moisés Cisneros, Gregorio Izquierdo e Ismael González se integraron en las labores diocesanas para trabajar en la pastoral juvenil y la formación de catequistas tanto parroquial como diocesana, pero sobre todo haciendo presencia en medio de uno de los sectores más desfavorecidos del país.

Tras el paso de varios maristas por la comunidad de Chichicastenango se captó la necesidad de los jóvenes de formarse en aspectos técnicos, aprender carpintería, soldadura, costura para las mujeres, alimentación. Todas esas ideas les fueron animando para crear en el centro de pastoral pequeños talleres y cursos cortos. Surgió entonces la idea de ampliar la infraestructura y se fue trabajando un proyecto para impartir módulos más avanzados que incluyeran la formación humana y no sólo se centraran en lo técnico.

El proyecto interesó a la Embajada de España en Guatemala, desde donde se animó a los hermanos a presentarlo, a través de la Federación de Religiosos Españoles, a la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). Así pudo ponerse en marcha el ITEC, construyendo cinco talleres de formación técnica y seis aulas para el bachillerato técnico, además de un comedor, una biblioteca, un salón de usos múltiples, un edificio administrativo y todas las infraestructuras necesarias. El proyecto incluía la construcción de un edificio de dormitorios para facilitar que los alumnos provenientes de las comunidades indígenas rurales más alejadas de Chichicastenango pudieran asistir a las clases en régimen de internado.

En el año 2001 comenzaron las clases con más de 50 alumnos y alumnas en las carreras de Bachillerato Industrial con Perito en Mecánica General o Perito en Dibujo técnico y de construcción, y Bachillerato en Administración industrial con Perito en Electricidad. Además, el mismo Instituto dio cabida a múltiples cursos cortos impartidos por el Programa Quiché de la Unión Europea y el INTECAP (Instituto Técnico de Capacitación y Productividad) ofreciendo a los jóvenes la oportunidad de estudiar a nivel de bachillerato una carrera técnica que les permitiera posteriormente encontrar un trabajo o seguir estudiando en la universidad si la situación se los permite.